Históricamente no tiene mucha relevancia, es una calle que conecta a otras. Sin embargo su importancia es muy grande por cuatro cosas: 1) las casas coloridas, antiguas guardando secretos no hay ninguna que se parezca a otra por los detalles que tienen en los dinteles, balcones y fachadas; 2) se venden cosas antiguas, desde artículos de madera, metal y cosas sorprendentes como una hielera de aluminio de los 70’s.
3) El hotel Mesón de la Sacristía, sus paredes son idóneas para cualquier fotógrafo por la pintura en ellas, aunque nunca he entrado es bien sabido que es espectacular por dentro y si no puedes, pues aprovecha su fachada iluminada de morado con un enorme triángulo amarillo; 4) es la calle de entrada a Los Sapos, el que viene del centro camina hacia el Carolino, atraviesa el Parque John Lennon y llega a esta calle para encontrar sorpresas antiguas.
CALLEJÓN
de la 6 Sur
La experiencia
Un día quise comprar unos muebles antiguos para mi cuarto, pero me resultaron muy caros para lo que eran, un baúl de madera y un estante de aluminio. No recuerdo bien el precio, sin embargo me lo daban como si fuera tienda cara de muebles nuevos. Además en ese momento era estudiante y no contaba con mucho dinero para pagar esa cantidad.
Otra anécdota que tengo que contarles y advertirles es de una heladería que está en la esquina de la 3 Oriente. Un día se me hizo fácil invitar a una amiga ahí, la quería conquistar y pensé que resultaría bueno llevarla. Está decorada con cosas vintage, muebles de madera y colores distintos en las paredes, obviamente los helados estaban servidos de forma distinta y parecían de buen sabor. La sorpresa fue que era lo contrario, tenían mal sabor, algo muy sintético y con un dejo de metal. Solamente era la finta del lugar, como para tomarse una fotografía para el recuerdo y salir huyendo. Por obvias razones la conquista no se logró y pagué por algo que no me gustó ni me ayudó en lo absoluto.
La otra mal experiencia es relacionada con el hotel Mesón de la Sacristía, un día intenté pedirlo prestado para realizar una sesión con una modelo y me dijeron que no, que ellos no se prestaban a ese juego y que no volviera a aparecerme ahí porque podía molestar a los huéspedes. La siguiente semana un amigo fotógrafo me dijo que había rentado el lugar y que sin problema se lo habían dado, obvio me molesté Y jamás quise regresar por los malos tratos que me dieron.