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Casa del

Alfeñique

Tipo de caramelo traído de España en la etapa colonial a México.

Cuenta la historia que esta casa fue un regalo de bodas, una novia del siglo XVII quería que su hogar fuera de alfeñique y su novio dijo que sí. Entonces hizo que las paredes parecieran hechas de pasta de azúcar, clara de huevo y almendras, acompañados de ornamentos de tipo árabe y adornos en estilo churrigueresco. Años después se convirtió en museo, el primero de la ciudad desde 1926.

La casa se divide en tres plantas, en la primera están los baños, una sala de exhibición donde está una carreta de Porfirio Díaz y una cocina especial para la gente que trabaja ahí. La segunda se utilizaba como dormitorios de los dueños y como museo están muestras de la historia en Puebla, además de una autentica cocina poblana decorada con Talavera. En la parte alta se presenta la casa como tal, las camas, sala, despacho, comedor y la capilla.

 

Aún recuerdo cuando fue remodelado en 2016 y un año después con un temblor, el inmueble quedó severamente afectado, así que el gobierno invirtió millones para su reconstrucción. En 2018 se abrió nuevamente como museo, tras pasar varios meses apuntalado y con andamios para restaurar los muros, colores y adornos.

La experiencia

Hermoso museo sinceramente, porque cuenta con muchos detalles y cosas históricas que te mantendrán entretenido durante horas. De la planta baja resaltaría los carruajes, que si bien los datos no dan mucho a especificar, el solo verlos de cerca con tantos ornamentos

te fascinará.

De la parte media, la maqueta de Puebla en sus inicios, a parte de que está muy bien

armada, te puedes dar una idea de cómo ha ido cambiando la ciudad y hasta tiempo debes destinar para adivinar dónde está cada cosa. De la parte superior la cocina, sé que en toda casa antigua hay una tradición por tener grandes espacios para preparar alimentos, pero aquí hay una colección de cazuelas de barro que hasta tentación te va a dar de tirarlas.

Ya en su conjunto, pues también es un manjar de detalles para cualquier fotógrafo, desde la fachada que cada balcón tiene sus propios adornos, el interior con el juego de colores y espacios que se antojan para hacer retratos, y el interior con tantas cosas que apreciar; por eso también les recomendaría contratar a un guía que les vaya explicando cada cosa, pues hay ciertos aspectos que no son entendibles hasta que te cuentan el por qué.

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