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Museo de la No Intervención.JPG

Fue construido en el siglo XVII como una iglesia para la Virgen de Loreto, así sirvió un siglo cuando comenzó a ser ocupado como cuartel; su condición arquitectónica y ubicación la hacia perfecta para los militares. Para 1817 la autoridad virreinal poblana lo convirtió en un fuerte, ampliando los muros y construyendo torres para combatir en las esquinas. El inmueble sirvió durante un tiempo para librar batallas entre nacionales y contra extranjeros, como en la Batalla del 5 de Mayo de 1862 e incluso la Revolución Mexicana.

 

Luego de quedar desocupado, en 1936 fue rescatado por unos poblanos con dinero para convertirlo en museo, táctica que les funcionó hasta 1955 que el gobierno en turno se encargó de la administración y en 1962 pasó a las arcas del INAH. Es el momento en que toma el nombre del Museo de la No Intervención, con una colección de elementos que recopilaron los poblanos fundadores y piezas prestadas de otros museos.

Intervención

Museo

de la no

Al interior el museo tiene una capilla y lo que era el cuartel militar dividido en siete salas que presentan uniformes, medallas, armas y retratos. Afuera está la enorme explanada, adornada con unos cañones y todo se puede recorrer. Para entrar se debe pagar 55 pesos por cada persona, los cuales sirven para tener todo en orden, los baños limpios y la luz que alimenta las pantallas explicativas.

La experiencia

Sinceramente me dio cosa pagar 55 pesos porque se me hacia un museo muy simple, había pasado muchas veces por ahí y nunca me llamó la atención, pero buscando una nieve me llevó a sus puertas. Ya adentro el inicio es por la iglesia, de ahí empiezas a ver la historia de México, después pasas a la parte del cuartel/museo y empiezas a asombrarte con las pistolas, medallas y cartas de la época de verdaderas guerras.

 

Sigues caminando entre cosas antiguas hasta que te asombras con el uniforme del General Ignacio Zaragoza y sus lentes, como niño que ves eso en tus libros te da alegría, lo sé porque escuchaba los comentarios de dos hermanos delante de mí en el clásico: “pero el libro no decía sobre esto”. 20 minutos después encuentras la salida, no sin antes ver un bodegón de sobreros, armas y un águila devorando a una serpiente disecados.

 

Afuera puedes caminar por la plazuela y las torres, desde ahí hay una buena vista del lugar; aunque la vista de las fotografías cotidianas está de frente al museo a la derecha, porque hay una bajada sobre un cuarto de armas y donde te puedes sentar para la imagen.

Museo de la No Intervención.JPG
Museo de la No Intervención.JPG
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