Parque del Carmen
Prácticamente este parque surgió en conjunto con la colonia con la que comparte nombre y a su vez, es el complemento de la iglesia que está junto a él. Su origen se remonta a 1586 cuando fue habilitado como panteón; a finales del siglo XIX inician las obras para convertirlo en un parque, conteniendo varias jardineras, arboles, una pequeña fuente y un quiosco como figura central.
Con el paso del tiempo sufrió varias remodelaciones: el quiosco se removió, al igual que la pequeña fuente, los caminos se fueron ampliando, las jardineras mutaron de tamaño, las bancas también lo hicieron, bueno, hasta los locales alternos cambiaron de giro. Hoy se puede ver como una plazuela, pues la mayor parte de su territorio es de concreto, existen áreas verdes con arboles y una fuente de mayor tamaño al centro.
Obviamente esto benefició para que cada 16 de julio se desarrolle la fiesta patronal, dando espacio para puestos de comida, juegos mecánicos, entre otras cosas. Las cuales, sí andas por aquí no te olvides de visitar la zona para disfrutar de distintos antojitos. Asimismo es el destino exacto para desplegar varias ferias o eventos culturales, pues su posición en la ciudad es propició a recibir turismo de cualquier índole, estando a seis calles del zócalo de la ciudad.
La gastronomía
El Carmen es reconocido por la variedad de comida que puedes encontrar, sobretodo porque en las noches una señora pone un puesto de molotes, tostadas, chalupas, pelonas; que si no sabes qué son pues te invito a que vayas para que las pruebes. Eso si, recuerda llevar alguna medicina por si te cae pesada la comida. Yo en especial te recomiendo que vayas como a eso de las 7 u 8 de la noche, pues no encontrarás tanta gente y te atenderán más rápido.
Los helados
Ahora que si tienes calor y andas por la tarde, ve a probar un helado, nieve, agua de sabor o paleta en el establecimiento que está en la esquina de la 16 de Septiembre y la 15 Oriente. Es una heladería que lleva muchos años ahí y puede ser la más reconocida de la ciudad, pues siempre ofrece unos sabores peculiares, desde los tradicionales (limón, mango, tamarindo, jamaica), hasta los gourmet (chocolate de marca, beso de ángel).
Solo debes tener en cuenta que siempre hay mucha gente y que deberás hacer fila para comprar, pero no te apures porque la gente despacha rápido. Lo que tardarás más es en decidir qué quieres, pues arriba del mostrador están los sabores, productos y precios. Entonces no te desesperes si los comensales también tarden.