San Francisco es un punto de referencia para cualquier poblano, todos saben dónde está este convento fundado en 1531 por los frailes menores franciscanos, pero pocos que Fray Toribio de Benavente ofició la primer misa. Se encuentra a las orillas del Río San Francisco (hoy Boulevard 5 de Mayo y 14 Oriente), siendo el primer convento de Puebla y el que ofrece distintas fechas para despistar al enemigo: acorde a libros se acabó de construir en 1585, pero la sacristía en 1631, fue consagrado a las llagas de San Francisco en 1697, mientras la torre se terminó en 1767, se renovó en 1835 y en 1970 sufrió una transformación.
Arquitectónicamente te cuento…
Su fachada es de estilo churrigueresco, una decoración muy intensa a base de cantera, ladrillo y azulejo de talavera. Se divide en nueve partes, verticalmente son dos partes rojas con 14 tableros y una central de cantera; horizontalmente es una base correspondiente a la puerta de madera al estilo mudéjar, adornada con un escudo franciscano y otro dominicano, se sella con una escultura de San Antonio de Padua. La figura central de la segunda parte es la virgen de María de la Defensa, adornada en la parte superior con un alto relieve representando las llagas de San Francisco de Asís, a sus costados se pueden ver las esculturas de San Antonio y San Cristóbal. Hasta arriba están las figuras de San José, el niño Jesús, San Joaquín y Santa Ana; a eso súmenle que la cornisa muestra a la Virgen María y al Arcángel San Miguel.
Por dentro yo la dividiría en tres partes: la zona del órgano a lo alto que también es la entrada; la de bancas, adornada con estatuas de yeso y lienzos católicos (La Última Cena, El Árbol Genealógico de la Familia Franciscana, Los frutos de la religión seráfica, Los Mártires de Gorkum); el altar mayor, bastante sencillo a comparación de todo el exterior, son cuadro torres, un crucifijo y una pintura ovalada a lo alto. A todo eso añádanle algunas capillas, incluyendo la interior de la torre del campanario y donde está el cuerpo de Fray Sebastián de Aparicio, quien tras su beatificación en 1789 se muestra en una urna porque le arrancaban sus dedos, pedazos de piel y hasta se robaron su cabeza para ver si les cumplía un milagro.
Es el patio de juegos de un colegio
Si pasas por aquí los lunes a las 8 de la mañana verás un montón de niños formados en el atrio, la respuesta: están en ceremonia. Por raro que parezca la salida del Templo de San Francisco es el patio del Centro Escolar Aparicio, una escuela católica que ocupó el convento para ilustrar a niños desde preescolar hasta preparatoria.
Así, si un día quieres rendir honores a la bandera, escuchar gritos de niños en su recreo, comprarte una fritura o distraerte con los festivales de temporada, puedes pararte alrededor y ser respetable con lo que ves.
Se bendicen carros
Cuando un poblano se compra un carro, nuevo o usado, es tradicional venir para bendecirlo, pues el beato Fray Sebastián de Aparicio es el patrono de los choferes, gracias a sus caminos recorridos por ser carretonero de oficio. Se supone que el día indicado es el jueves, pero también los domingos sale el padre para aventarles agua a automóviles, camionetas y camiones luciendo pulcros o adornados como nunca.
Sinceramente debería ser una atracción turística, podrás ver autos de colores, modelos y diseños, personas vendiendo de todo tipo de cosas, gastronomía poco saludable, confesarte o ser bendecido por tan solo 100 pesos.
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