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Puente de ovando

Se dice que la familia Ovando tenía tanto dinero y poder, que hicieron su propio puente sobre el río San Francisco, para cruzar del centro de la ciudad a su casa sobre la 3 Oriente en 1775. Sin embargo, la leyenda cuenta que el regidor Agustín de Ovando y Villavicencio sufrió la perdida de sus dos hijos de una manera trágica, pues se oponía al amor de su primogénita con un plebeyo, diciéndole que no quería verla pidiendo limosna sobre un puente.

 

Así que cuando ella falleció por un balazo, su alma se impregnó en el puente de la familia y por la eternidad pediría limosna. Quien no le diera una

La experiencia

Nunca tomé en cuenta de la importancia del lugar hasta hace unos años, cuando descubrí que era un lugar proliferante para tomar fotos, su variedad de ángulos, colores y texturas la hacen idóneo para sesiones de retrato. Básicamente el interés surgió por ahí del 2008, cuando mencioné en una reunión familiar que lo usaría como set y vinieron las historias, desde el Río San Francisco, la niña fantasma, alguna vez fue el charro sin cabeza y otras cosas.

 

En ese momento inició mi búsqueda de imágenes antiguas que me mostrarán cómo era, cabe aclarar que he tenido el gusto de apreciar fotografías antiguas desde siempre. Antes de eso era mi sitio indicado como el lugar de encuentros amorosos, ahí citaba a algunas chicuelas para luego caminar hacia un lado para tener una cita. Hacia un lado eran bares, otro restaurantes, un parque o de plano un café; todo dependía de la hora en que nos veíamos.

moneda, sería tragado por el río hasta la muerte, tal y como le sucedió a su padre. Por lo tanto tengan cuidado cuando pasen por ahí a la medianoche, porque si no llevan monedas podrán sufrir un accidente.

 

Desde ese momento, el puente ha sufrido algunos cambios en su diseño. El más obvio es su aislamiento del río, hoy el agua solamente corre debajo cuando llueve; también se le ha ido cercando con piedras, macetas y desde los 70’s unas escaleras, barandales y en épocas decembrinas, un túnel de luces que sirve de buen lugar para tomar fotos casuales.

Cuando pases por aquí, más vale que lleves cambio o te vas a arrepentir

Hay también fue el punto final de algunas salidas alcohólicas y ahí les va la mejor anécdota. Estábamos 3 amigos y la novia de uno en una banca, en eso nos dice que la iba a dejar a la parada de autobús para seguir con la borrachera, cuando él camina viene un joven a contrario y nos dice “Putos”. Mi amigo lo escucha y se dicen de cosas, de repente él niño se calla, arranca a correr y mi amigo se jacta de haberle ganado.

 

Cuando venía el otro de regreso notamos que el niño también desde una esquina, atrás de él otros cuatro tipos por suerte igual de jóvenes. Pensamos que se haría un borlote, llegan los tipos y nos encaran, un amigo le tira una cachetada y se arma la bronca. Recuerdo haber tirado a uno para patearlo y notar que uno de mis acompañantes traía agarrado del cuello a un tipo y quitarse varias patadas de otro, a lo que tuve que auxiliarlo.

Al momento de dejar tirados a tres buscamos a mi otro amigo, lo vimos a mitad de calle con una rodilla en la cabeza de un joven y cazando a otro para pegarle. No quisimos meternos, sino que notamos que había varios carros esperando a que todo finiquitara para avanzar; nunca pitaron porque disfrutaban del espectáculo. Cuando todo terminó, salimos corriendo porque sabíamos que si se levantaban harían un gesto para que vinieran a su auxilio. No regresé a la zona hasta 5 años después cuando no me quedó de otra más que pasar por ahí.

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