Este es el Puente a México, el Camino Viejo a México o el Puente de las Ánimas, un lugar muy importante desde su construcción en el siglo XVIII hasta hace unas décadas, porque hoy luce deplorable. Fue en los años 1700 cuando Puebla se mantenía como una ciudad mercantil, por ello se decidió construir una mejor vía de acceso para las personas que venían de la capital. La idea fue poner dos arcos de 18 metros de altura y en medio un puente que librara en unos cuantos pasos al Río Atoyac.  

 

Originalmente solamente podían pasar carretas, por eso fue diseñado sin banquetas, pero la necedad de la gente hizo que varias personas lo atravesasen. Una mala decisión porque el no tener barandales hacía difícil cruzarlo y en tiempos de lluvias con el camino resbaloso por el lodo, hizo que varios cayeran al río siendo arrastrados por la corriente; por ello se le dio el nombre de Puente de Ánimas. Otra historia que refuerza el nombre es que durante su construcción, varías trabajadores perdieron la vida por el mismo cause. 

 

Luego de pasar varios años en el olvido, el sismo de 1999 hizo que el gobierno lo volteara a ver por los daños estructurales que sufrió; sin embargo hoy luce desolado, mal pintado y con grafittis. Condiciones pésimas comparado con la importancia que tuvo para el crecimiento de la sociedad poblana y que todavía es utilizado tanto por automóviles como por personas, por increíble que suene.