El 2020 marcó el vigésimo aniversario de este museo dedicado a la estampa en México, cuyo acervo tiene más de 900 obras nacionales y regionales contemporáneos. Lleva el nombre de uno de los grabadores mexicanos más destacados del siglo pasado, que además es nacido en Tepeaca, Puebla.
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Sus dimensiones permiten tener tres salas temporales en la parte baja, las cuales albergan obras de artistas jóvenes. Arriba hay salas para los consagrados como Francisco Toledo, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, entre otros. Además, contiene un taller de grabado, una biblioteca especializada en artes visuales, una exhibición de dos máquinas de imprenta y una tienda.
La experiencia
Sinceramente no tenía expectativas de este museo, había escuchado poco de él durante mi vida, así que entré sin temores. El recorrido empieza a la izquierda con una sala de exposición pequeña, con apenas unas 6 o 7 obras, pero tras pasar una puerta empieza la magia porque entiendes que el edificio tiene recovecos, los cuales tienes que darte el tiempo para observar y maravillarte.
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Al salir, igual a la izquierda está una parte interactiva donde puedes jugar memorama con pinturas de Don Erasto, también hay espacio que aprendas cómo se hace el proceso de grabado en una madera, sin embargo el día que fui no había quién diera ese taller. Por lo cual tuve que subir las escaleras al primer piso, ahí recuerdo que son dos salas de exhibición, muy largas y espaciadas para que la gente pueda caminar sin problema. Y ya…
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